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Economía Social y Solidaria en forma y fondo

Dabne forma parte del grupo cooperativo Tangente que este 2018 celebra su 5º aniversario. Son años intercooperando y trabajando juntas para mejorar la calidad de vida de las personas y el medio ambiente desde la agroecología; para fomentar el empleo digno y duradero con una red formada por cerca de 600 entidades.

En el centro de la Economía Social y Solidaria (ESS) están las personas y ese centro se sustenta por el cumplimiento de los principios de equidad, sostenibilidad ambiental y cooperación. Será por eso que la según la ONU la ESS “puede desempeñar un papel clave en la realización de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

La propia Unión Europea reconoce e incentiva a esta economía que tiene diversos nombres y matices (sector no lucrativo, bien común, circular o tercer sector). Según el estudio Evolución reciente de la economía social en la Unión Europea, realizado por CIRIEC-International para el Comité Económico y Social Europeo en España,Francia, Portugal, Bélgica y Luxemburgo, el concepto de economía social goza del máximo reconocimiento de los poderes públicos y el mundo científico y académico’.

España aprobó la primera ley nacional europea sobre la economía social en 2011 (Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social) y desde entonces las políticas públicas estatales, autonómicas y municipales incentivan la promoción y desarrollo de esta economía de manera desigual y progresiva con fondos públicos y programas como el de Fomento de la Economía Social y POISES – Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social para el período 2014-2020, cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE).

La Unión Europea también está facilitando la contratación pública, cubierta por principios de competencia en los mercados públicos, desde 2014 está revisando las normativas de contratación pública de la UE (Directivas 2014/23, 2014/24 y 2014/25) y animando a que los estados miembros fomenten la economía social facilitando su acceso a la condición de proveedor del sector público. En España, ciudades como Zaragoza, Barcelona y Madrid se han adelantado y  han introducido, recientemente, cláusulas sociales en sus nuevos contratos públicos.

Poco a poco la Economía Social y Solidaria que representa un 5% del PIB del Estado se abre camino distribuyendo los recursos y generando empleo digno, porque ese es uno de los principios vertebradores de este modelo económico basado en las personas.

 

 

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